Imaginemos un país donde el gobierno recién elegido se opone a influencias e
interferencias extranjeras. En este escenario, cualquier empresa involucrada en inversión
extranjera directa (IED) o que tenga operaciones en dicho país enfrentaría un riesgo
macroeconómico considerable. Esto se debe a la posibilidad de que el gobierno, en su nueva
posición, pueda expropiar cualquier operación extranjera, sin importar la industria a la que
pertenezca.
Diversas organizaciones y académicos emiten informes para evaluar el grado de riesgo
macroeconómico de un país o región específica. Además, las empresas tienen la opción de
adquirir pólizas de seguros contra diversos riesgos ofrecidas por diversas organizaciones, con
el objetivo de mitigar posibles pérdidas.
Por otro lado, la prima de riesgo país, es el riesgo de crédito de una inversión, que no
depende de la solvencia del emisor, sino de la de su país de origen. Mide la probabilidad de
incumplimiento de las obligaciones financieras de una nación debido a factores que van más
allá de los riesgos inherentes. Cuanto mayor sea el riesgo, peor calificación recibirá el país,
teniendo en cuenta variables relacionadas con el entorno macroeconómico, la estabilidad
política y el marco jurídico e institucional.
El riesgo país se refiere al riesgo asumido cuando se suscriben o adquieren títulos de
renta fija o variable emitidos por las entidades de un país, o bien al conceder crédito o
préstamos a los residentes del país. La existencia de riesgo país podría producir el retraso o
imposibilidad de cobro parcial o total de la deuda.
El riesgo país es multifactorial y analiza muchos campos del conocimiento. Las fuentes
de información al respecto se clasifican entre públicas y privadas. Las primeras incluyen
gobiernos y sus agencias estadísticas, las ECA (Agencia de Crédito a la Exportación) de
propiedad pública, los bancos centrales y las IFI (Instituciones Financieras Internacionales) y
organismos multilaterales. En el caso de las privadas, se habla de agencias de rating y otras
agencias calificadoras, los bancos comerciales y de inversión, las compañías de seguros y los
medios de comunicación. También existen asociaciones y centros de investigación (think
tanks), públicos o privados, que aportan informaciones relevantes en sus informes de riesgo
país. En cuanto a la metodología y modelos usados, la historia confirma que el riesgo país es
difícilmente predecible por los propios factores que pueden determinarlo. A pesar de ello, se
han destinado muchos recursos a su evaluación y análisis, con diversos modelos.
El riesgo país se incrementa principalmente de acuerdo a la evolución de tres tipos de
factores: En primer lugar, por la evolución de las variables económicas fundamentales de una
economía, asociadas la política macroeconómica doméstica o al contexto internacional, tales